En 2016 conocimos al músico franco-uruguayo Luciano Supervielle…cuando lo elegimos como “hombre con ADN CÁPITA”.
Desde el día uno la marca tiene un ADN. Fue inspirada por los hombres que comparten y componen ese ADN: con valores, características, formas de ser y de actuar, componentes esenciales que trascienden. CÁPITA empieza por ellos y es para ellos.
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Seguíamos la carrera de Luciano desde mucho antes de existir CÁPITA. Como espectadores estuvimos varias veces en sus conciertos como solista y con Bajofondo, y cuando empezamos a ponerle cara a estos hombres que forman nuestro ADN, su perfil como ser humano cerraba por todos lados.
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El llamado telefónico fue algo como: “Nos interesa hacer algo contigo… Sos un músico fuera del clillé, versátil, tocás el piano, no sos el rockstar, sino más bien el nerd talentoso...Y justamente el punto es que sea real.”
Y así, desde Suite para piano y pulso velado lo acompañamos en el escenario.
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El fin de semana pasado Luciano Supervielle presentó La Esfera en el Teatro Solís junto con el chellista y director brasileño Jaques Morelenbaum, otro superdotado de la música, que tampoco conoce límites cuando de combinar géneros musicales se trata.
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Fue un concierto para orquesta y electrónica cargado de sorpresas, consecuencia de la propia experimentación que los caracteriza, y del pasaje por diversos lenguajes musicales.
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Hubo de todo, desde un sólo de vibráfono en la orquesta, un rap con Gabriel Casacuberta, y la participación del violinista Javier Casalla como invitado especial.
Ambos, también miembros del colectivo Bajofondo, llevaron sus respectivos CÁPITA para el show ;).
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